Desde hace tiempo, cada vez que accedemos a una página web nos aparece un aviso sobre si queremos aceptar o rechazar el uso de “cookies”. Un mensaje igual o parecido al siguiente:
A pesar de su nombre simpático y que traducido al español quiere decir “galleta”, aceptarlas no es siempre la mejor opción.
¿Qué es una cookie?
Una cookie es un fichero que guarda nuestro navegador, donde se almacenan pequeñas cantidades de datos. Estos datos son usados por los servidores de las páginas webs que visitamos para guardar distintos tipos de información que nos identifique al volver a visitarlas.
Además, existen distintos tipos de cookies según su duración, su propiedad o su funcionalidad.
¿Para qué sirven las cookies?
Las cookies tienen multitud de usos y, a día de hoy, son una parte fundamental del funcionamiento de cualquier página. Todos estos usos tienen un objetivo común, y es que el servidor web, donde está alojada la página web, pueda recordar algún dato sobre el usuario al que atiende.
Por ejemplo:
- Cuando estamos navegando por nuestra red social favorita y, sin querer, cerramos la pestaña o saltamos a otra página web, al pulsar atrás vuelve a abrirse nuestra sesión sin tener que volver a introducir el usuario y contraseña.
- Cuando estamos comprando en una tienda online y añadimos artículos al carrito de la compra, podemos seguir navegando sin que el servidor olvide cuáles fueron los artículos que introdujimos en la cesta.
- Cuando al acceder a una página web, ésta se abre automáticamente en nuestro idioma.
- Al acceder a una web se nos muestra tal y como la habíamos configurado, recordando nuestras preferencias, tamaños de letras, colores y personalización.
Para las empresas, las cookies sirven para saber qué partes de la web ha visitado el usuario, cuánto tiempo ha pasado, desde qué dispositivo se conectó o desde qué país, lo cual redunda en beneficio de las empresas ya que toda esta información las permite adecuarse mejor a los intereses de los usuarios.
¿Qué información almacenan?
Las cookies almacenan la información de forma similar cuando anotamos una idea o un número de teléfono en un papel para que no se nos olvide. Una cookie podría ser de la siguiente manera:
La información que almacenan las cookies debe estar anonimizada y puede contener información sobre el usuario, horas de conexión, artículos vistos, webs visitadas, preferencias de configuración, entre otros.
¿Cuáles son los riesgos de las cookies en relación con la invasión de nuestra privacidad?
El mayor problema de las cookies es que en muchos casos recaban tanta información del usuario que puede llegar a invadir su privacidad, al crear un perfil muy certero de quienes somos. /p>
Sobre todo, en el caso de los usos publicitarios, las páginas webs pueden llegar a saber con precisión qué hemos estado viendo, qué nos gusta, cuándo nos conectamos o desde qué dispositivos. Así, llegan a conocer perfectamente nuestros hábitos, opiniones, creencias y otros datos personales de carácter sensible.
Además de los múltiples riesgos que tienen este tipo de redes, otro riesgo de las cookies es que, al conectarnos a redes no seguras, como son las redes wifi públicas, un ciberdelincuente podría “capturar” la cookie que nos identifica frente a una de nuestras redes sociales, pudiendo reenviar esa misma cookie para suplantarnos posteriormente ante esa página web.
Seguro que en tus vacaciones habrás pasado por numerosas redes wifi públicas y gratuitas en restaurantes, centros comerciales u hoteles, ¿no es así? Es probable que, para no gastar tus datos, te hayas conectado a una de ellas.
¿Cómo podemos prevenirlo?
Una de las formas más fáciles de protegerse de los riesgos que entrañan las cookies es borrarlas manualmente de nuestro navegador.
Para ello a continuación te dejamos los enlaces a los manuales sobre cómo borrar las cookies en los navegadores más usados:
- Cómo borrar cookies desde Google Chrome.
- Cómo borrar cookies desde Mozilla Firefox.
- Cómo borrar cookies desde Safari.
- Cómo borrar cookies desde Microsoft Edge.
Un método rápido para borrar las cookies de estos navegadores es usar la combinación de teclas Ctrl + Mayus + Supr que nos llevará a un menú desde el que borrar las cookies, así como el historial de navegación.
Otro método sencillo y útil para evitar el rastreo de las cookies es usar las opciones de navegación oculta de los principales navegadores que permiten rechazar el rastreo de las páginas web y que no almacenan cookies, borrando todos los datos al terminar la sesión.
En conclusión, aunque las cookies suponen muchas ventajas tanto para el usuario como para la web, no podemos ignorar que, si no tenemos cuidado o somos conscientes de sus riesgos, nuestra privacidad puede verse afectada. Por ello, desde la OSI te recomendamos borrarlas de vez en cuando y que utilices la navegación oculta cuando vayas a introducir datos muy sensibles, por ejemplo, al hacer compras online.
Fuente : Oficina de Seguridad del Internauta
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