Las actualizaciones son añadidos o modificaciones realizadas sobre los sistemas operativos o aplicaciones que tenemos instalados en nuestros dispositivos y cuya misión es mejorar tanto aspectos de funcionalidad como de seguridad.
Si no mantenemos nuestros equipos al día nos exponemos a todo tipo de riesgos: robo de información, pérdida de privacidad, perjuicio económico, suplantación de identidad, etc.
Por tanto si queremos disfrutar de las ventajas de la tecnología debemos:
- Vigilar el estado de actualización de todos nuestros dispositivos y aplicaciones.
- Elegir la opción de actualizaciones automáticas siempre que esté disponible.
- Instalar las actualizaciones tan pronto como se publiquen, especialmente las de los sistemas operativos, navegadores y programas antivirus.
- Ser cuidadosos con las aplicaciones que instalamos, huyendo de fuentes no confiables y vigilando los privilegios que les concedemos.
- Evitar hacer uso de aplicaciones y sistemas operativos antiguos que ya no dispongan de actualizaciones de seguridad.
Historieta: «El día que Leonardo descubrió que los programas también tienen que actualizarse»
Leonardo entró a casa y pasó al despacho donde tenía instalado el ordenador. Se sentó mientras desembalaba impacientemente el nuevo juego de mus virtual que acababa de adquirir. Arrancó el ordenador y en la pantalla apareció la familiar imagen de arranque de Windows.
Iniciado el ordenador, introdujo el juego en el lector de CD. Lo cerró y esperó a que se abriese el mensaje del instalador. Aceptó todas las opciones y esperó a que terminase el proceso de instalación del juego. Y esperó…porque el ordenador se estaba volviendo insufriblemente lento. Sin duda, este era un caso para su nieto, él sabría qué hacer.
Cuando Carlos se presentó en el despacho, le explicó la situación, y después de investigar durante unos minutos, Carlos le dijo:
- Abuelo, a este ordenador no le pasa nada. Bueno, nada que sea culpa de la tienda. Lo que pasa es que no tienes actualizado el sistema operativo y es posible que te haya entrado un virus.
- ¿Cómo? ¿Virus? ¿Actualizar? ¡Pero si lo compré hace menos de un año!
- Ya lo sé, abuelo. Pero hay que estar pendiente de estas cosas. Continuamente se crean virus informáticos nuevos y hay que estar al día.
- Pues sí que estamos bien. Ya no sólo tengo que vacunarme de la gripe sino que también tengo que preocuparme de los virus del trasto este…
- Pues sí, abuelo, que hay que actualizarse, que los programas no son para siempre…
- Eso antes no pasaba. Entonces se hacían bien las cosas, para que durasen.
- Abuelo, que es por seguridad…
El pobre Leonardo no entendía nada. Entonces recordó ciertos mensajes que el ordenador le mostraba en ocasiones acerca de la existencia de actualizaciones, mensajes que siempre descartaba por considerarlos un incordio. Dando por perdida ya su tarde de café y mus se dispuso a escuchar lo que su nieto tenía que contarle…
Y es que, a diferencia de los diamantes, las aplicaciones que instalamos en nuestros equipos no son para siempre. Leonardo descubrió que si quería disfrutar de su ordenador con seguridad debía preocuparse de tenerlo al día.
De la misma forma que las prestaciones y funciones mejoran continuamente, cada día se descubren nuevas vulnerabilidades que permiten que los delincuentes nos roben información, nos espíen, nos causen un perjuicio económico o usen nuestros equipos para fines delictivos.
Afortunadamente, los desarrolladores de software y los fabricantes de equipos trabajan para resolver esos problemas de seguridad tan pronto como se van descubriendo. Esas soluciones se nos ofrecen en la forma de actualización.
¿Por qué son tan importantes las actualizaciones?
Cualquier programa es susceptible de tener fallos de seguridad. Por este motivo, puede necesitar ser actualizado independientemente del dispositivo en el que se encuentre instalado. Esto incluye los programas y sistemas operativos de ordenadores, tabletas, smartphones, consolas de videojuegos e incluso televisiones inteligentes.
Las actualizaciones de software no son un fastidio. Al contrario, son esenciales para mantener la seguridad de nuestros dispositivos.
Debemos ser conscientes de que en nuestros dispositivos también hay instalados navegadores, programas, plugins, etc. que por supuesto, también necesitan ser actualizados para mantenerlos al día y bien protegidos.
Un caso especial, son las actualizaciones de las herramientas antivirus ya que sólo serán eficaces si están a la última. De nada sirve tener instalado un antivirus si no es capaz de detectar las últimas amenazas que circulan por la red.
Importante, no debemos confundir tener una aplicación actualizada con tener la última versión. Podemos tener instalado y actualizado Microsoft Office 2007 a pesar de no tratarse de la última versión de este paquete de herramientas ofimáticas. Los fabricantes no sólo comercializan nuevas versiones que incorporan mejoras, sino que mantienen un largo periodo de tiempo las antiguas versiones a través de actualizaciones.
¿Quién se encarga de publicarlas?
Las actualizaciones son elaboradas y ofrecidas por los propios desarrolladores y fabricantes. En algunos casos publican los parches (así se llaman también las actualizaciones de seguridad) con gran rapidez. En otras ocasiones, los fabricantes tienen que adaptar los parches a sus dispositivos y el proceso no es tan rápido. En este caso último caso poco podemos hacer más allá de ser conscientes del riesgo y no realizar acciones que nos puedan comprometer hasta que la actualización esté disponible.
Qué debemos hacer ante una nueva actualización
Hemos de ser conscientes del riesgo que supone utilizar un equipo no actualizado. Una vez que se hace público un fallo de seguridad, cualquiera con los conocimientos adecuados puede utilizarlo para causarnos un perjuicio. Por tanto, todos hemos de adoptar el hábito de mantener nuestros dispositivos al día.
En muchos casos, las aplicaciones y dispositivos disponen de opciones de actualización automática, de manera que las instalan, de forma transparente para nosotros, tan pronto el fabricante o desarrollador las publican. Esta es la opción más recomendada ya que evita que tengamos que estar nosotros pendientes de esta tarea, que en ocasiones resulta un poco molesta.
Para facilitarnos el trabajo, existen herramientas que nos ayudan a saber si nuestros equipos están a la última. Un ejemplo es PSI (Personal Software Inspector), que recopila el software que está instalado en el sistema y alerta de las aplicaciones que no están actualizadas. De esta manera cubrimos aquellas aplicaciones que no poseen un sistema de actualizaciones automático.
Algunas precauciones
Los delincuentes han descubierto que la instalación de parches constituye un nuevo modo de infectar un dispositivo. Por ello ciertos sitios de Internet y ciertas aplicaciones nos ofrecen la instalación de actualizaciones falsas. Al aceptarlas, nuestro equipo quedaría infectado. Por tanto, no debemos instalar nada que no provenga de los canales oficiales que proporcionan los fabricantes y desarrolladores de los dispositivos o el software.
Debemos huir de sitios «pirata», especialmente de aquellos que ofrecen aplicaciones o servicios gratuitos o extremadamente baratos.
Otra situación que debemos tener en cuenta es la instalación o actualización de una aplicación que necesita ciertos privilegios para funcionar correctamente. Es recomendable revisarlos, para evitar que individuos maliciosos que buscan tomar control de nuestro dispositivo puedan usarlos. En cualquier caso, instalemos aplicaciones sólo de fuentes de confianza y siempre revisemos los privilegios por si fuesen excesivos o innecesarios para el propósito a que están destinadas.
Fuente : Oficina de Seguridad del Internauta
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