Uno de los lugares donde más datos se almacenan sobre nuestra actividad online es el historial del navegador, que registra todas las páginas web que hemos visitado, pudiendo revelar mucha información personal y privada. ¿Qué crees que pasaría si alguien accediera al historial de tu navegador y viese todos los sitios web que visitas?
Probablemente, ya seas consciente de que toda la información que llegue a filtrarse sobre ti en Internet puede suponer un peligro para tu privacidad. Cuando navegas por Internet, tu actividad se va almacenando, dejando rastro, y si estos datos cayesen en malas manos, sus consecuencias podrían ser muy graves.
Esto no quiere decir que estés indefenso, existen buenas prácticas que puedes llevar a cabo para mejorar tu privacidad o borrar la huella digital que dejas cada vez que accedes a Internet. Borrar el historial de nuestro navegador es una de ellas.
Para entender mejor cómo puede afectarnos no eliminar nuestra actividad online, veamos un ejemplo a través de la experiencia de los protagonistas de la familia Cibernauta.
Se acercaba el cumpleaños de la hija mayor, y su padre quería darle una sorpresa en el hogar familiar. Dentro de los preparativos, estaba comprar una tarta y un regalo perfecto para la ocasión. Comenzó su búsqueda en Internet y navegó entre varias webs de preparación de eventos en busca de ideas y algunas pastelerías especializadas en tartas temáticas, con las que sorprender a todos los asistentes.
Para el regalo, lo tenía claro, su hija llevaba muchos meses buscando ofertas de viajes a Tailandia sin éxito. Tras una tarde de intensa búsqueda, consiguió tenerlo todo cerrado. ¡Había encontrado la tarta perfecta y una oferta fantástica de un viaje al país asiático deseado!
Lamentablemente, nuestro protagonista dejó el equipo desbloqueado por error. Era solo un despiste, pero trajo consigo una cadena de consecuencias que no podía esperarse.
Aquella tarde, la hija aprovechó que tenía un rato libre para conectarse y hacer una rápida búsqueda por Internet desde ese mismo equipo. Sin prestar demasiada atención a la sesión en la que se encontraba, hizo clic sobre el navegador. Quería encontrar una web que había visitado hacía días para escuchar música online, y como no se acordaba del nombre, decidió buscar en el historial del navegador.
Para su sorpresa, en los últimos resultados aparecían varias webs de preparación de eventos, pastelerías especializadas y páginas webs de viajes a Tailandia, ¡justo el viaje que llevaba tanto tiempo queriendo hacer! Si a esto le sumaba que le aparecían anuncios relacionados con estas búsquedas en los espacios destinados a la publicidad, blanco y en botella. Nuestra protagonista no tardó en atar cabos y darse cuenta de que todo apuntaba a la preparación de su fiesta de cumpleaños.
El día de la fiesta llegó y no tuvo más remedio que fingir sorpresa cuando todos su amigos y familia aparecieron en casa cargados de regalos, con una tarta enorme y el regalo estrella, un viaje a Tailandia.
Por suerte para nuestros protagonistas, el desenlace no fue más que una sorpresa destapada por un despiste del padre de familia. Sin embargo, los riesgos a los que estamos expuestos pueden ser peores si un ciberdelincuente, o simplemente una persona con malas intenciones, consiguiese acceder a nuestro historial y determinar un patrón de comportamiento. Por ejemplo, si accedemos mucho a una misma web, podrían tratar de engañarnos mediante un ataque de “phishing” para intentar hacerse con nuestras credenciales, datos y/o obtener un beneficio económico. Así mismo, el atacante podría hacerse con nuestras credenciales, cambiarlas y exigirnos un pago para permitirnos volver a acceder a nuestros servicios. O simplemente, robarlas y suplantar nuestra identidad. Todo esto con tan solo acceder a nuestro historial de navegación y los datos que nuestro navegador almacena sobre nosotros.
¿Qué podemos hacer para protegernos?
• Como comentábamos al inicio de la historia real, lo mejor que podemos hacer es eliminar el historial de navegación para proteger nuestra privacidad en Internet.
Además, es una práctica que podemos hacer en cualquiera de nuestros dispositivos, desde el equipo de sobremesa, hasta nuestro smartphone o tablet, desde la configuración del navegador que utilicemos. Aún más importante es eliminar todo nuestro rastro en aquellos equipos que son de acceso público o que compartimos con otros usuarios.
o Cómo eliminar el historial de navegación en Chrome.
o Cómo eliminar el historial de navegación en Microsoft Edge.
o Cómo eliminar el historial de navegación en Firefox.
o Cómo eliminar el historial de navegación en Safari.
• Sumado a esto y de forma paralela, recomendamos borrar la caché y las cookies para asegurarnos de que no solo eliminamos el historial de las webs visitadas, también las credenciales de nuestros servicios (redes sociales, datos bancarios…), información personal, vídeos e imágenes de la web, etc. La principal función de la caché del navegador es recordar información de las páginas para agilizar el tiempo de carga en siguientes visitas. Además de los riesgos asociados a nuestra privacidad, esta información puede llegar a ocupar mucho espacio en nuestros equipos.
• Otra recomendación muy útil es acceder al modo incógnito, de modo que ningún rastro quedará almacenado en nuestros dispositivos. Esta opción está disponible para todos los navegadores como Edge, Firefox, Chrome y Safari.
Fuente : Oficina de Seguridad del Internauta
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