Internet es una fuente ingente de contenidos e información, pero no siempre lo que se publica es cierto. A veces, noticias llamativas y alarmantes empiezan a compartirse y acaban convirtiéndose en cadenas que viajan de usuario a usuario fomentando la desinformación y la alarma social. Debido a la facilidad de propagación, se convierten rápidamente en un problema indeseable, incómodo y perjudicial para muchos de los receptores de estos mensajes. En este artículo analizaremos los riesgos, sus consecuencias y las pautas que debemos seguir para no dejarnos arrastrar por ellas.
“A partir del 1 de enero WhatsApp pasará a ser de pago. Reenvía este mensaje a otros contactos para convertirte en un usuario premium y seguir disponiendo de la versión gratuita.”
Seguro que te resulta familiar el texto anterior, ¿verdad? Estos mensajes son conocidos como bulos con informaciones falsas o hoax. Suelen llegar por correo, redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea y su principal objetivo es confundir a través de noticias falsas, sin ninguna base real, en la mayoría de los casos.
Estos mensajes, además de desinformar, pueden tener consecuencias negativas sobre nuestra reputación si no sabemos parar y juzgar si la información que reenviamos es real. Veámoslo a través de un ejemplo con la familia Cibernauta.
La madre se encontraba en casa durante sus vacaciones consultando su móvil cuando la llegada de un alarmante mensaje de chat de una compañera de trabajo la hizo preocuparse.
“Asunto: Robo de datos masivos de la aplicación FaceOpp. Protégete”
Al parecer, el mensaje alertaba de un robo de datos masivos a todos los usuarios que se habían descargado una de las aplicaciones de moda que circulaban en este momento por la Red. No parecía un caso de phishing al no contener ningún enlace sospechoso, y nada parecía indicar que se tratase de una estafa.
Como nuestra protagonista está muy concienciada con la seguridad de la información y de los datos, decidió eliminar la aplicación de su smartphone y reenviar el mensaje para que todos sus familiares y contactos estuviesen informados y prevenidos.
Los días pasaron y más mensajes llegaron, informando a la madre de la familia de más casos de filtrado de datos de aplicaciones y servicios muy conocidos. Todos y cada uno de ellos eran compartidos y reenviados a todos sus contactos. Hasta que un día le llegó un mensaje de su mejor amiga pidiéndole que dejara de reenviar este tipo de cadenas de mensajes.
No fue la única persona que contactó con ella, cuando regresó al trabajo después de las vacaciones también su jefe habló con ella para pedirle que no le reenviara más cadenas porque era molesto y, además, la información que contenían era falsa.
Tras esto, nuestra protagonista se encontraba muy confundida y finalmente, la hija tuvo que sentarse con ella para explicarle que no es bueno reenviar estas cadenas de mensajes, ya que además de que puede llegar a ser molesto para nuestros contactos, llegando incluso a enfadarse con nosotros y bloquearnos, también pueden tener un coste sobre nuestra reputación, afectándonos en lo personal y profesional. De manera adicional, al tratarse de mensajes de los cuales no sabemos quién es su autor, ni la fecha de creación, ni cuál es el objetivo del mismo, con su reenvío estamos apoyando la difusión de informaciones falsas creando, incluso, una alarma social.
¿Cuáles son los riesgos de compartir mensajes no contrastados?
Los riesgos pueden ser diversos, pero principalmente nos centraremos en los siguientes:
- Afecta a nuestra reputación: como es evidente, la recepción de cadenas de mensajes es molesta, y más cuando siempre viene del mismo contacto. En este caso es normal que las personas dejen de hacer caso a los mensajes de ese contacto o que directamente lo bloqueen para no recibir más en el futuro. Esto envuelve un coste reputacional>a y de relaciones con nuestros contactos.
- Fomenta la desinformación: en casi todos los casos, la información que se reenvía en las cadenas de mensajes es falsa. Generalmente, se inventan noticias o rumores respecto a temas que preocupan a la sociedad para manipular su opinión, crear una alarma social, engañarles para que realicen alguna acción que provoque un beneficio en los autores del mensaje, etc. A este tipo de mensajes falsos o manipulados se les conoce como fake news.
- Infección por virus o malware: a veces, estos mensajes vienen acompañados de enlaces o archivos adjuntos que infectan los dispositivos, de tal forma que el malware o aplicación maliciosa hará que reenviemos la cadena a más usuarios sin ser conscientes de ello, entre otras muchas acciones que podrían llevar a cabo.
¿Qué podemos hacer para protegernos o detectar los mensajes falsos?
Evitar caer en la trampa de las cadenas de mensajes es muy sencillo y depende fundamentalmente de nuestro buen criterio y sentido común.
- No reenviar: la mejor forma de parar este tipo de mensajes es no reenviarlos a nadie, de esta forma no seguirá propagándose a más gente. También puedes pedir a la persona que te lo envío que se abstenga de hacerlo de ahora en adelante.
- Verificar la información: contrasta siempre la información en terceras fuentes de reconocidas y de confianza. En caso de duda, pregunta y haz caso solamente a las informaciones que lleguen desde las cuentas oficiales y autorizadas para informar sobre el tema en particular que se esté difundiendo.
- No abrir enlaces ni realizar descargas: una de las principales vías de infección es abrir enlaces maliciosos y descargar aplicaciones. Por tanto, lo más prudente es no hacer clic en estos enlaces y borrar directamente el mensaje.
Fuente : Oficina de Seguridad del Internauta
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