Se ha puesto de moda entre los influencers de distintas redes sociales el utilizar aplicaciones que permiten realizar videochats con personas seleccionadas al azar para tratar de contactar con sus followers. Sin embargo, aunque a priori esta iniciativa parece muy divertida, hay que ser muy cautos, ya que el uso de este tipo de servicios puede exponernos a muchos riesgos tanto de privacidad como de seguridad. Infórmate sobre ellos antes de usarlos.
Durante estas últimas semanas de confinamiento han surgido diversas modas, memes y challenges o retos que, como vía de escape para la crisis sanitaria y económica que nos rodea, se han viralizado rápidamente a través de las redes sociales. Concretamente, una de estas modas o trends se ha hecho muy popular recientemente entre los usuarios, incluidos los más jóvenes. Nos referimos a la moda de organizar videochats aleatorios con desconocidos a través de aplicaciones tipo Chatroulette como son Azar, Omegle u Holla.
El origen de estas quedadas anónimas ha surgido de la mano de varios influencers de redes sociales que, aprovechando la cuarentena y con el objetivo de acercarse un poco más a sus numerosos fans, han organizado quedadas a través de estas apps para tratar de encontrarse. Jugando con la aleatoriedad de estas plataformas, llaman la atención de miles de usuarios que acuden en masa a probar suerte.
Veámoslo a través de un ejemplo:
Nuestra protagonista es la hija de la familia Cibernauta, que es una gran amante de las redes sociales y una seguidora acérrima de varias influencers con millones de fans en todo el mundo.
Como cada sábado, una de estas influencers organizaba un pequeño evento en redes para tratar de sobrellevar mejor los días de cuarentena con sus queridos fans. Pero esta vez iba a ser diferente y propuso a todos ellos utilizar una aplicación para mayores de edad muy famosa donde realizar videochats de forma aleatoria con desconocidos.
De esta forma, los 5 primeros que consiguieran cruzar un videochat con ella tendrían la suerte de ser seguidos por su ídolo en redes sociales, además de poder charlar con ella en privado durante unos minutos.
Nuestra protagonista y otros miles de usuarios se lanzaron rápidamente a la aventura. Sin embargo, ninguno de ellos era consciente de la cantidad de riesgos y amenazas a los que se exponían al ingresar en la app y conectar sus cámaras y micrófonos.
¿De qué riesgos estamos hablando?
Exposición a contenido inapropiado, lenguaje ofensivo o comportamiento obsceno son solo algunos riesgos a los que cualquier usuario puede enfrentarse en este tipo de aplicaciones. Además, los ciberdelincuentes siempre están al acecho y encuentran en estas plataformas una forma de aplicar las técnicas de ingeniería social y hacernos caer en sus fraudes y estafas.
Veamos más en detalle alguno de los riesgos:
Contacto con personas con malas intenciones: nunca vamos a saber a ciencia cierta quién está al otro lado de la pantalla ni qué intenciones tiene. Puede que simplemente sea alguien que solo quiere pasar una rato agradable, como nosotros. Pero, ¿nos hemos parado a pensar que existe la posibilidad de que las imágenes que estamos viendo estén grabadas y no se correspondan con la persona que realmente está detrás, sino que son de otra? ¿O que su único objetivo es acceder a estos chats para insultar a otros usuarios y ofenderles?
Sextorsión: practicar sexting siempre es un riesgo, pero más aún si compartimos las imágenes o vídeos con un desconocido. Además, en el caso de estas aplicaciones, no sabemos si la persona que está al otro lado de la pantalla podría estar grabándonos, por lo que, si producimos contenido comprometido, podrían luego extorsionarnos para que accedamos a sus peticiones.
Robo de información personal: recuerda que, si no tenemos cuidado, una simple conversación con un desconocido puede ser suficiente para obtener información muy valiosa sobre nosotros. Es más probable que caigamos en las técnicas de ingeniería social, facilitando información sobre nosotros: quiénes somos, dónde vivimos, a qué nos dedicamos, qué sitios frecuentamos, cuáles son nuestros gustos, hábitos e intereses, etc. Información más que suficiente para que alguien con malas intenciones pueda elaborar un ataque personalizado y dirigido hacia nosotros, suplante nuestra identidad posteriormente, cometa fraudes en nuestro nombre, etc. Recuerda además que una imagen vale más que mil palabras y unos segundos de vídeos pueden revelar mucha más información acerca de nosotros de lo que creemos.
Enlaces maliciosos: debido a que se trata de chats abiertos con desconocidos, uno de ellos podría compartir con nosotros un enlace malicioso que, tras descargarlo, infectase nuestros equipos con algún tipo de malware.
Acceso a contenido pornográfico: la exposición a contenido inapropiado para usuarios menores de edad es otro riesgo a tener en cuenta. Muchos son los niños y niñas que, siguiendo a estos influencers, acaban accediendo a estas aplicaciones donde se exponen a este tipo de contenido.
Exposición a publicidad no deseada: al ser un servicio al que acuden tantos usuarios, no es de extrañar que se utilice para “bombardearlos” con multitud de promociones, ofertas y publicidad que no queremos. Esta publicidad puede venir por parte del propio servicio de videochat, o a través de otros usuarios o bots.
Desde INCIBE no pretendemos criminalizar este tipo de servicios, sino concienciar sobre los posibles riesgos y amenazas que puede haber en ellos para actuar en consecuencia y poder así evitarlos.
¿Cómo se pueden mitigar estos riesgos?
Infórmate sobre las condiciones y los términos del servicio que vas a usar para saber cómo funciona y el tratamiento que se hará de nuestros datos, si es que se recogen.
Antes de descargar la aplicación o utilizar el servicio de videochat, infórmate sobre sus características: cifrado de la comunicación, medidas de protección de la cuenta, permisos que solicita, edad recomendada, etc.
Busca un escenario que no revele información sobre ti. Mejor que no se vean fotografías personales, dónde te encuentras (localización), gustos e intereses, objetos de valor, etc.
Si entablas conversación con desconocidos, no facilites información personal, no compartas contenido de índole sexual y, si algo no te gusta, cierra la conversación.
No hagas clic en enlaces ni promociones que te puedan llegar, no accedas a chantajes o provocaciones de desconocidos.
Cuando hayas terminado, asegúrate de cerrar debidamente la aplicación y, si es posible, desconecta o cubre con algo la cámara y el micrófono.
Fuente : Oficina de Seguridad del Internauta
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